¿Podrá ser la química la solución a los plásticos no reciclables? El reciclaje químico es – de momento – la única esperanza para dar una nueva vida a los millones de toneladas de plásticos que permanecen en los vertederos sin poder ser reciclados de manera tradicional.
Según varios informes de Greenpeace, para el año 2050 habrá más plásticos que peces en el mar, una estimación que pone de relieve la tensión ambiental a la que está sometido el planeta debido a los plásticos.
A pesar de que la conciencia alrededor de la economía circular y el reciclaje está aumentando, aún queda mucho camino por andar. Un ejemplo de ello es conocer los diferentes tipos de plásticos, ya que, aunque todos ellos deben ser depositados en el contenedor amarillo o en el punto limpio para su adecuada gestión, no todos son reciclables.
Algunos ejemplos de estos plásticos son los de tipo film, las bolsas de patatas fritas, las bandejas de poliespán, los sobrecitos monodosis, las bolsas de pan de molde, etc. Todos estos plásticos cuentan con algo en común: no pueden ser reciclados por los procedimientos tradicionales por los que se reciclan el resto de los plásticos. De hecho, la mayoría de ellos o son incinerados en el peor de los casos, o esperan en los vertederos a que logremos una forma de reutilizarlos o transformarlos.
¡La buena noticia es que el reciclaje químico podría convertirse en la solución que esperábamos!
El potencial del reciclaje químico
El reciclaje químico es un proceso que permite descomponer los residuos de plástico en sus componentes fundamentales, por lo que después pueden volver a ser transformados en materias primas, que a su vez sirven para fabricar nuevos productos, cerrando así el ciclo, y favoreciendo la circularidad. Gracias al reciclaje químico se espera poder disminuir la extracción de materias primas no renovables como el petróleo y, también, la reducción de los plásticos libres en el medio ambiente.
Hasta la llegada del reciclaje químico, el reciclaje del plástico consistía básicamente en procesos mecánicos como triturar, fundir, moldear y transformar; pero este tipo de tratamientos no abarcaban todos los tipos de plásticos, ya que algunos se degradan, pierden propiedades, y no resultan reutilizables.
Varios tipos de reciclaje químico
En realidad no existe un solo tipo de reciclaje químico, sino que, en función del tipo de plástico en cuestión y del tipo de materia prima que se desea obtener, se utilizan tres procesos distintos:
- La degradación biológica o enzimática, que se utiliza con los bioplásticos
- La solvólisis, en la que se utilizan disolventes y presión a determinadas temperaturas para obtener los monómeros.
- La termólisis, en la que se logra la ruptura de la cadena polimérica a través de la aportación de calor.
Aunque el reciclaje químico puede ser la solución para las miles de toneladas de plásticos que esperan ser recicladas, aún es necesario seguir investigando para lograr procesos de reciclaje químico más eficientes energéticamente y con un menor impacto ambiental.