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Las soluciones de reciclaje siempre consiguen sorprendernos, en este caso, un equipo de investigadores ha logrado idear un sistema que podría terminar con el problema del reciclaje de los aerogeneradores convirtiéndolos nada menos que en ositos de gominola, y otros materiales totalmente reutilizables.

El problema del reciclaje de palas de los aerogeneradores

Aunque la energía eólica es una energía renovable, no está exenta de algunos problemas de sostenibilidad: el reciclaje de las palas de los aerogeneradores supone un reto, no solo por su tamaño, sino también por su composición. 

Aunque la mayor parte del cuerpo los aerogeneradores son reciclables, como los motores, los hormigones, etc.; en la actualidad, las palas de los aerogeneradores suelen acabar en mercados de segunda mano destinados a países con menos recursos para darles una segunda vida, pero cuando ya no son aprovechables, acaban en los vertederos. 

La vida útil de los aerogeneradores se sitúa en torno a los 20-25 años, y en Europa comenzaron a instalarse durante la década de los 90´s. Esto supone que, en los próximos 10 años tendremos que reemplazar la mayoría del parque, y encontrar una forma de reciclaje para los aerogeneradores. 

Según los datos de Wind Europe, hay 34.000 aerogeneradores instalados en las fronteras europeas que tienen más de 15 años, por lo que se acercan al final de su vida útil. La mayor parte de estos aerogeneradores pertenecen a Alemania, España, Italia, Francia y Dinamarca. 

España cuenta con aproximadamente 21.500 molinos de viento, tanto nuevos como antiguos, lo que supone unas 65.000 palas de aerogeneradores en total. 

Una segunda vida para las palas de los aerogeneradores 

El problema del reciclaje de los aerogeneradores podría ser historia gracias a la solución que han ideado el investigador John Dorgan y su equipo de la Universidad de Michigan. Se trata de una resina termoplástica compuesta por fibra de vidrio, metacrilato y ácido poliláctico. Este último se obtiene de fuentes orgánicas, como el maíz y la caña de azúcar. 

El beneficio de este material reside en que al finalizar su vida útil sus componentes pueden volver a separarse, por lo que es posible darles una segunda vida sin que pierdan nada de calidad en el proceso. 

El equipo de Dorgan presentó su hallazgo en la reunión de otoño de la American Chemical Society (ACS). Donde explicó que solo es necesario aplicar calor y una base para disolver la resina, de ese proceso se obtiene por un lado metacrilato de metileno (PMM) “que se puede usar para fabricar ventanas o faros de automóvil” según explica el investigador; y por otro lado se obtiene lactato de potasio, un producto muy utilizado en la repostería.

El equipo de investigadores ha logrado recuperar el lactato de potasio con calidad alimentaria a través del reciclaje de la resina, y lo han utilizado para hacer ositos de gominola que después han consumido. 

Con este nuevo material se abre la puerta a la fabricación de palas de aerogeneradores mucho más fáciles de reciclar, cuyos materiales pueden tener una segunda vida más allá de lo que jamás hubiéramos imaginado.

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