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A menudo aparecen noticias y anuncios en la prensa que proclaman cómo algunas de las empresas más contaminantes van a comenzar a aplicar medidas sostenibles y ecológicas a su proceso de producción. ¡Qué buena noticia! Es casi imposible no alegrarse cuando nos encontramos con una información así. Lo más seguro es que la noticia nos haga mirar a la empresa en cuestión con mucha más amabilidad, e incluso estemos más dispuestos a comprar sus productos. 

Algunas investigaciones sobre las empresas y contaminación

La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es maravillosa cuando se basa en acciones reales, medibles y comprobables. Sin embargo, hay ocasiones en las que las medidas sostenibles que las empresas contaminantes anuncian para reducir el impacto ambiental se quedan en agua de borrajas, o lo que es lo mismo, en una campaña de greenwashing. 

La Red Europea de Periodismo de Datos y el medio alemán ‘Deutsche Welle’ han investigado algunas de las empresas de alimentos y bebidas más grandes de Europa, indagando sobre el cumplimiento de sus compromisos y políticas para reducir la contaminación. 

De las 24 grandes empresas europeas investigadas, se han identificado 98 compromisos en total; la mayoría de ellos para el año 2025, y 37 de ellos que ya deberían haberse cumplido. De estos 37 compromisos el 68% fracasaron claramente, o no se volvió a informar nunca sobre ellos; una práctica muy común entre las empresas contaminantes cuando no cumplen sus propias políticas de RSC.

Como ejemplo, una empresa de lácteos prometió que para 2009 utilizaría un 50% de plásticos reciclados en sus botellas de agua. Sin embargo, al llegar el año 2009 la empresa había reducido su objetivo solamente a un 20-30% y lo había retrasado a 2011; y al llegar 2011, sucedió lo mismo, volvió a reducir su objetivo. La conclusión es que en el año 2020 la empresa de lácteos solo usaba un 20% de plástico reciclado; y de nuevo prometió -para 2025 -llegar al 50% que había anunciado ya 16 años antes.  

El incumplimiento de la RSC que las mismas empresas se autoimponen no es un fenómeno exclusivo del sector alimentario. La Unión Europea también investigó algunas proclamas de otros sectores como el textil, la cosmética y la higiene doméstica. La conclusión fue que, el 42% de las afirmaciones sobre los productos declarándolos “eco-friendly” “ecológicos”, “sostenibles”, etc. eran falsas, exageradas o engañosas. 

Todas las investigaciones apuntan a que las iniciativas voluntarias por parte de las empresas para implementar medidas sostenibles no son suficientes, al menos en la mayor parte de los casos, en los que el greenwashing prevalece sobre los esfuerzos reales por reducir la contaminación

Afortunadamente, no todo queda en manos de las empresas, la Unión Europea ha aprobado recientemente una directiva sobre Economía Circular que incluye el objetivo de incorporar un 25% de plástico reciclado en las botellas PET para 2025, y un 30% para el resto de las botellas en 2030. No es de extrañar que, muchos de los nuevos objetivos para aumentar el porcentaje de plásticos reciclados, tengan como fecha de cumplimiento el año 2025. 

¿Cumplirán sus promesas en esta ocasión? Mientras tanto, para saber si las empresas son contaminantes lo mejor es no creer en sus promesas, sino en sus prácticas actuales, que son las que definen sus compromisos de verdad.

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