Aunque el concepto de economia circular está muy en boga en la actualidad, lo cierto es que proviene de una serie de estudios que combinaban el análisis de la Economía y el medio ambiente a principios de los años ochenta. Sin embargo, han tenido que pasar casi 40 años para que la sociedad, las empresas y las instituciones se pongan a la tarea de llevar a la práctica sus principios. La sostenibilidad manda y el miedo a los terribles efectos que va a causar el cambio climático acelera el proceso de adaptación a una economía respetuosa con el ciclo natural de la Tierra.
En parte, la economía circular se basa en llevar hasta las máximas consecuencias la regla de las tres erres: Reducir, Reutilizar y Reciclar. En otras palabras, reducir lo máximo posible la necesidad de recursos naturales, unos recursos limitados que no podemos seguir esquilmando. Es una visión a largo plazo en la que se vislumbra un mundo en el que no haya basura y, por tanto, tampoco vertederos. En realidad, no se trata de otra cosa que de imitar a la naturaleza. En el ciclo natural, nada se desecha, todo se aprovecha.
Aunque la economía circular pone en primer plano el respeto por el medio ambiente, con lo que se consiguen beneficios inmediatos para consumidores y empresas, las compañías que se adaptan a los principios de la economía circular también logran beneficios económicos. Hazlo por ecología, pero también por tu cuenta de resultados.
El papel del reciclaje en la economía circular
El reciclaje desempeña un papel fundamental dentro de este tipo de sistema económico, ya que uno de sus objetivos es que no existan los residuos, bien porque los materiales son biodegradables y, por tanto, pueden volver al ciclo natural, bien porque se reutilizan o reciclan para un mismo uso o para otro distinto.
Es en este proceso donde las empresas de reciclaje industrial cumplen un papel fundamental en el desarrollo de la economía circular. La gestión de residuos es un asunto que tiene que dejarse en manos de profesionales, ya que cuentan con los recursos humanos y técnicos para llevar a cabo el proceso de recuperación y reciclaje con un respeto absoluto al medio ambiente.
Por otra parte, es muy aconsejable que este tipo de empresas no se encuentren muy alejadas de los puntos de recogida. No tiene ningún sentido quemar combustibles fósiles durante cientos de kilómetros, generando contaminación, para recoger residuos y llevarlos a una lejana planta de reciclaje. Sería peor el remedio que la enfermedad.
En este sentido, a la hora de elegir una empresa de recogida y tratamiento de residuos, se debe optar por una empresa, no solo que ofrezca un buen servicio, sino también que no esté muy alejada del centro de producción.
Nos encaminamos irremisiblemente a un mundo en el que aplicar los conceptos de la economía circular va a ser indispensable en todos los aspectos de la vida y las empresas de reciclaje industrial y gestión de residuos van a desempeñar un papel fundamental en este sistema.