Los aparatos electrónicos forman parte de nuestro día a día: tablets, ordenadores, móviles, relojes y otros dispositivos son herramientas habituales que utilizamos en nuestra vida cotidiana. El reciclaje de estos residuos electrónicos (RAEE) supone una gran oportunidad de crecimiento para el sector, y una nueva ventana para profundizar en la economía circular.
El reciclaje de baterías y pilas es una actividad que continuará sufriendo un crecimiento sostenible durante los próximos años, contribuyendo al desarrollo de la economía circular, generando nuevos puestos de trabajo y también aumentando el PIB. Durante el año 2020, el uso de aparatos electrónicos y eléctricos creció un 1,8%, mientras que las ventas de pilas aumentaron un 4,1 %.
Solamente en 2019, el reciclaje de residuos electrónicos (RAEE) generó un volumen de beneficios de 1.100 millones de euros, lo que supuso un incremento de los beneficios del sector del 15,7% con respecto al año anterior. Además, generó 19.000 puestos de trabajo, y revirtió más de 170 millones de euros al Estado a través de los impuestos.
El crecimiento del sector y su enorme potencial se ve reforzado por las buenas prácticas de reciclaje en nuestro país y por la voluntad de potenciar la economía circular: el último informe disponible (2018) sitúa a España por encima de países como Francia, Alemania, Dinamarca e Italia en este tipo de reciclaje. Se estima que en España se recuperaron más de la mitad de todos los aparatos electrónicos que salieron al mercado, de los que se pudieron reciclar el 44%, frente al 38% de media que se logran reciclar en Europa. ¡En total, fueron 320.000 toneladas de residuos electrónicos reciclados!
Los Paneles solares y el litio
Si el aumento del consumo de pilas y baterías ya supone un gran crecimiento para el sector, los próximos años los paneles solares y las baterías de litio generarán un aumento aún mayor en el volumen de residuos recuperados, abriendo un nuevo nicho de mercado dentro del sector del reciclaje.
Las placas solares tienen una vida útil de 25-30 años, por lo que en 2025-2030 se espera que comience a ser necesario el reemplazo de las placas solares instaladas en 2005, cuando se comenzó a popularizar este tipo de energía. El volumen anual de residuos procedentes de los paneles solares se multiplicará por 30 a finales de esta década, alcanzando las 30.000 toneladas de residuos aprovechables para la economía circular.
Lo mismo ocurre con las baterías de litio utilizadas en la industria del transporte para los vehículos eléctricos, que ya suponen el 60% de todas las baterías que se producen. A lo largo de esta década se espera que cada año aumente la producción y la demanda en torno a un 30%.
La vida útil de las baterías de litio es de unos 10 años, por lo que será necesario gestionar una gran cantidad de residuos derivados de este sector en muy pocos años. Todo indica que en España tenemos un gran nicho de mercado en la economía circular que aún está por explotar, derivado de la descarbonización de la economía.