Para conseguir un modelo de desarrollo sostenible a largo plazo es necesario aplicar la economía circular en todos los ámbitos de la vida, desde el consumo a los servicios, incluyendo el sistema sanitario. Pero ¿es realmente posible trasladar el reciclaje y la economía circular a la sanidad en nuestro país?
Sobre ello se han sentado a debatir gerentes y profesionales de la sanidad pública y privada, en el Foro de Economía circular y digitalización en el sector sanitario. Un encuentro que ha servido para identificar los retos y señalar el camino de este sector hacia la sostenibilidad.
El impacto ambiental y los retos del sistema sanitario
El sector de la sanidad es el responsable del 4,6% de las emisiones globales netas, una huella climática igual a la que generan Alemania y Canadá juntos durante todo un año. Resulta irónico que un sector dedicado al bienestar implique un impacto ambiental tan alto; sin embargo, la economía circular y la transformación digital pueden ayudar a mejorar el sistema sanitario para que resulte menos contaminante y más eficiente.
En el foro de Economía circular y digitalización en el sector sanitario celebrado en Madrid se identificaron varios elementos del sistema sanitario sobre los que se podría aplicar la economía circular:
- La construcción y la gestión de los edificios mediante criterios de eficiencia energética, teniendo en cuenta el intercambio de frío y calor, los recorridos más habituales, los horarios de uso, etc.
- El tratamiento de los residuos y el reciclaje. Se estima que en torno al 15% de los residuos sanitarios es reutilizable frente al 85% que no lo es.
- La gestión del catering y los servicios de abastecimiento.
Tal y como subrayaron algunos de los ponentes, lo más complicado es el cambio de mentalidad que implica la economía circular en el sistema sanitario, un campo en el que se asocian los productos de un solo uso con el cuidado de la salud, la higiene y la esterilización.
El reciclaje de los dispositivos a menudo resulta poco atractivo económicamente, ya que los dispositivos deben recogerse, transportarse, limpiarse, probarse y esterilizarse antes de ser utilizados nuevamente. En muchos casos, este proceso resulta más caro económicamente que la compra de nuevos dispositivos. Por otro lado, la industria farmacéutica fabrica los dispositivos de un solo uso en muchos casos, para que los hospitales adquieran más.
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La transformación digital en la economía circular
La transformación digital se puede convertir en una aliada de la economía circular, ayudando a mejorar tanto la atención ofrecida a los pacientes, como la gestión de los recursos. La trazabilidad de los materiales, la asistencia telemática, la unificación de las bases de datos, y el intercambio de información en tiempo real no solo fomentarían el ahorro de recursos y reducirían el impacto ambiental, también mejorarían la capacidad y la eficiencia del sistema sanitario.
En conclusión, la transformación digital aplicada con criterios de la economía circular podría suponer grandes mejoras, tanto en la formación, en la asistencia integrada, en la eficiencia energética, y en la gestión y el reciclaje de residuos, disminuyendo la huella ambiental de nuestro sistema sanitario.